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¿Cómo elegir un aceite saludable?

Muchas personas tienen un concepto negativo o erróneo sobre las grasas, sin embargo, es muy importante consumirlas en cantidades adecuadas. Éstas permiten que se absorban algunas vitaminas (A, D, E y K) y nutrientes, son necesarias para producir hormonas, protegen nuestros órganos y son una fuente de reserva de energía entre otras muchas funciones. Un gramo de grasas aporta 9 kcal por lo que debemos limitar su consumo ya que en exceso pueden provocar aumento de peso, enfermedades del corazón y riesgo de infarto. Se sugiere menos del 30% de la ingesta calórica diaria, por ejemplo, en una dieta de 2000 kcal, menos de 600 kcal debe provenir de las grasas. Elegir aceites más saludables puede ser de gran ayuda para reducir estos riesgos. La gran oferta de productos en el mercado y de información puede causarnos confusión. Al elegir grasas o aceites para cocinar te recomendamos considerar: el perfil nutricional, sabor, método de cocinado y punto de humo.

Usa preferentemente grasas insaturadas o “grasas buenas” (aceite de girasol, soya, canola, oliva, aguacate, semilla de uva) que grasas saturadas o “grasas malas” (aceite de coco, palma, mantequilla y manteca de cerdo). Éstas últimas consúmelas de forma esporádica y evita las trans pues ambas provocan que el colesterol aumente y se acumule en arterias o venas.

Para saltear y aderezar emplea aceite de oliva, aguacate o semilla de uva. Cuando necesites freír te recomendamos aceites con un alto punto de humo como el de cártamo, soya y girasol El punto de humo es la temperatura en la que el aceite empieza a humear y descomponerse formando gases y sustancias que pueden provocar daño a nuestra salud. Controla las cantidades de aceites con rociadores y otras formas de cocinado como vapor, horneado o freído con aire caliente.

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